Frente a la oportunidad y el riesgo de la Inteligencia Artificial
Jorge Posada. Director Adjunto, Vicomtech
14.07.2023
Hay un debate abierto en diferentes ámbitos de la sociedad y de la empresa sobre la Inteligencia Artificial (IA). Estamos bombardeados por múltiples noticias que, por un lado, nos muestran las bondades de los avances tecnológicos relacionados con la IA que eran impensables hasta hace muy poco, que abren horizontes muy prometedores. Fábricas y productos inteligentes, coche y la movilidad autónoma, medicina personalizada, redes inteligentes de energía, seguridad digital, asistentes virtuales, traducción automática, … en todos estos ámbitos y en muchos más hay constantemente innovaciones provenientes de la IA que nos muestran una innegable dirección de progreso.
Pero también recibimos información sobre algunos riesgos que la IA podría acarrear si no se controla adecuadamente, y que suelen tener un impacto mediático importante. Algunas informaciones son de corte más sensacionalista, sin mucho rigor (del tipo conspiranoico, “la IA ya nos domina”, “perderemos todos nuestros trabajos”…) y otras más serias, como la reciente difusión de comunicados de investigadores muy destacados en IA sobre la necesidad de mitigar los posibles riesgos de su mala utilización (ej. “Statement on AI Risk” o el “Pause Giant AI Experiments). O un enfoque que considero mucho más acertado, el de la Comisión Europea y su AI-Act, que pretende regular la IA desde una perspectiva basada en grados de riesgo (inaceptable, alto o limitado), y en requisitos de transparencia para sistemas de IA Generativa -como ChatGPT-. Esta será muy seguramente la primera ley detallada a nivel internacional que regule la IA y su aprobación preliminar el Parlamento Europeo será un hito internacional.
En este contexto, considero importante plantear unas recomendaciones desde la perspectiva de un Centro Tecnológico como Vicomtech, que lleva décadas especializado en investigar, desarrollar y transferir tecnologías y sistemas de Inteligencia Artificial y de Computación Visual para la mejora de la competitividad de nuestras empresas y de nuestra sociedad.
Primero: Es importante contextualizar y desmitificar la IA. No estamos hablando de la Lámpara de Aladino, pero tampoco de la Caja de Pandora. La IA es una disciplina científico-tecnológica con unos 70 años de existencia y ha demostrado que es un clarísimo motor de innovación, hecho por personas y para las personas. Y tenemos en Euskadi un excelente tejido científico-tecnológico y empresarial cercano que nos puede ayudar a entenderla, desarrollarla y usarla en beneficio de nuestra sociedad (como en el BAIC y en la BRTA).
Segundo: Los grandes debates sobre el futuro de la IA no deben impedir el enfoque práctico y de acción en nuestras empresas. Muchos de los problemas reales a los que nos enfrentamos, inmediatos o de largo plazo, pueden ser abordados desde sistemas de IA específicos (desde la denominada “narrow AI”) que atacan problemas específicos hoy mismo con un inmenso potencial de innovación, y plenamente compatibles con la legalidad y la protección de datos vigentes.
Tercero: Debemos buscar activamente los escenarios de oportunidad en los cuales la inteligencia humana se potencie y amplíe con la inteligencia artificial. En nuestra experiencia, son estos escenarios los que han tenido mayor impacto y valor añadido en las empresas con las que trabajamos.
Cuarto: Los aspectos éticos, la regulación y la certificación serán fundamentales. Como con cualquier tecnología de impacto, determinarán la práctica seria de la tecnología y mitigarán los riesgos asociados. Debemos estar atentos y considerar este aspecto.
En resumen, la Inteligencia Artificial ya está cambiando nuestras empresas y nuestras vidas, no es una utopía ni una distopía, es una realidad. Su evolución ha demostrado que tiene un potencial de innovación extraordinario y necesitamos prepararnos para los siguientes pasos, pero de forma activa, ayudados por expertos en su desarrollo, regulación y uso.